1. EL CONCEPTO DE CRIMINOLOGIA: CARACTERES.
Existen pluralidad de definiciones sobre criminología, y ello es normal si tenemos en cuenta su complejidad. Sin embargo, suele admitirse por la opinión mayoritaria que ésta es una ciencia empírica que se debe ocupar, al menos, del crimen y de la persona del delincuente, así como de la ejecución de las sanciones penales, de la prognosis y del tratamiento del infractor[1].
Hoy en día el concepto actual más aceptable de Criminología, mediante la aproximación a las distintas clases de conocimientos que engloban el saber criminológico y los distintos ámbitos de la realidad que deben ser analizados para comprender el fenómeno delincuencial, es el que asume HERRERO[2] y que aquí se comparte, que define a la Criminología como "Ciencia empírica e interdisciplinar, que se ocupa de las circunstancias de la esfera humana y social relacionadas con el surgimiento, la comisión y la evitación del crimen, así como del tratamiento de los violadores de la Ley".
De la anterior definición se deduce el carácter científico-empírico de la Criminología, esto es, la investigación se funda más sobre observaciones que sobre opiniones. El sólido fundamento de esta ciencia son los hechos constatados y las observaciones recogidas, a cuya luz se revisan hipótesis y teorías[3]. A este respecto GARCIA-PABLOS[4] dice que el criminólogo analiza unos datos e induce las correspondientes conclusiones. Sus hipótesis se verifican, doblegándose siempre a la fuerza de los hechos que prevalecen sobre los argumentos subjetivos "de autoridad".
Este carácter empírico lo describe perfectamente E. SEELIG: "Como quiera que los fenómenos reales sólo pueden ser conocidos por medio de juicios de percepción (experiencia), la Criminología pertenece a las ciencias empíricas que se sirven del método inductivo (por oposición al as ciencias apriorísticas, como la Matemática, que extraen conclusiones deductivamente). Por ello no se puede cultivar en un gabinete; nunca se podría descubrir por medio de operaciones puramente mentales cómo son realmente los delitos y cómo reacciona la sociedad ante los delitos cometidos, sino que el investigador tiene que interrogar a la vida misma ateniéndose con todo rigor a los hechos de la experiencia. De ahí que haya que rechazar las tendencias que propugnan dentro de la Criminología métodos especulativos".
También es importe destacar la naturaleza interdisciplinaria de la Criminología, pues el análisis científico del crimen, como comportamiento individual y como hecho social, requiere de una pluralidad coordinada de enfoques, ya que cada uno de ellos contribuye desde su particular óptica a un diagnóstico global, totalizador, del fenómeno delictivo. En este sentido GARCIA-PABLOS[5] explica que autonomía y especialización no son principios realmente antagónicos, sino funcionalmente complementarios. La Criminología es algo más que la Biología Criminal, que la Psicología Criminal o que la Sociología Criminal, pero tampoco puede prescindir de ellas.
La interdisciplinariedad no sólo es importante para la calidad y valor de cada investigación en particular, sino que tiene importancia también para la praxis policial y juridicopenal, incluida la ejecución de la pena. Sólo la exigencia de que la investigación y la crítica se hagan con arreglo a puntos de vista interdisciplinares pueden garantizar que las cuestiones relevantes se concentren en el campo de los problemas criminológicos, que el círculo cuestionable del investigador se mantenga lo suficientemente abierto y aprenda a mirar más allá de su propia especialidad, trabe conocimiento con puntos de vista ajenos y se ocupe de ellos.[6]
Como conclusiones a lo expuesto sobre el concepto y caracteres de la Criminología, podemos decir, en palabras de HERRERO[7], que es una ciencia empírica y aplicada que, sirviéndose de la observación, la experimentación, la estadística, sin excluir la reinterpretación y reflexión sobre los datos aportados a través de estos métodos, dirige su investigación sobre el delincuente, las víctimas, los ciudadanos sometidos a juicio, los agentes del sistema penal en su interacción, los mecanismos y estrategias, asi como los oportunos recursos, para conseguir tales objetivos.
Se trata de ofrecer a los ciudadanos, a los legisladores, a la Administración y a la Magistratura, una imagen cada vez más detallada y precisa sobre los actores y el escenario físico y social, donde se desarrollan los conflictos que reclaman su intervención. Esto quiere decir que la Criminología no ha de quedarse en una pura ciencia contemplativa o ilustrativa, sino comprometerse a fondo en transformar, en lo posible, la realidad, de acuerdo con conclusiones adecuadamente inferidas. La Criminología ha de ser una ciencia para la praxis, a la que ha de informar, promover y orientar.
Como bien dice DENIS SZABO[8] la Criminología, para existir como disciplina, debía constituirse en una ciencia y en una profesión. Una ciencia; es decir, una disciplina que desarrolla sus conocimientos a partir de un "vaivén" continuo entre la reflexión técnica y la investigación empírica. Una profesión; es decir, una praxis que articula los conocimientos y la ación, tanto en un plano de políticas criminales como de intervención directa respecto de individuos y grupos. Lo uno y lo otro se fundamenta al amparo de la multidisciplinariedad.
2. EL OBJETO DE LA CRIMINOLOGIA.
Según la definición de Criminología, el objeto de esta disciplina viene integrado por el delito, el delincuente, la víctima y el control de la conducta desviada.
a) El delincuente. La Criminología tradicional, por su raigambre positivista, potenció al máximo el protagonismo de la persona del delincuente, creyendo poder encontrar en una supuesta diversidad del mismo, patológica, la explicación científica del comportamiento criminal. Por el Contrario, en la moderna Criminología -de corte prioritariamente sociológico- el examen y significado de la persona del delincuente pasa a un segundo plano, desplazándose el centro de interés de las investigaciones hacia la conducta delictiva misma, la víctima y el control social[9].
b) El delito. Sigue siendo objeto básico de la investigación criminológica, pero el concepto de "delito", en cuanto implica una referencia obligada a "normas", cambia con la evolución de la sociedad y de la cultura. Es, temporal y espacialmente, relativo, circunstancial. Del mismo modo que el contenido y volumen de las conductas que se criminalizan ha variado ostensiblemente en los últimos cien años[10]. Sin embargo, a la moderna Criminología le interesan diversas facetas más llamativas del "crimen" que su delimitación formal, conceptual; preocupa, por ejemplo, su problematización, las funciones positivas que pueda cumplir como instrumento e indicador del control social, el volumen estructura y movimiento de la criminalidad, las estrategias criminalizadoras y descriminalizadoras, el efectivo reparto de la criminalidad entre los distintos estratos sociales, etc.
c) La víctima. El interés por la víctima como objeto de la Criminología y la elaboración científica de una teoría de la víctima es un fenómeno reciente, que tiene lugar a partir de la segunda contienda mundial. Aunque parezca paradójico, tanto la Criminología como el sistema penal han volcado sus esfuerzos de forma exclusiva en el delincuente, abandonando el estudio de la víctima, que sólo ha merecido de la sociedad compasión[11]. Pero es obvio que en un futuro próximo el estudio de la víctima atraerá la atención que merece, puesto que la Criminología dispone ya de un cierto núcleo de conocimientos sobre cuestiones como: aptitudes y propensiones de los sujetos para convertirse en víctima, tipología victimaria, relaciones entre delincuente y víctima, grados de coparticipación o corresponsabilidad de la víctima en el delito, influencias sociales en el proceso de victimización, daños y reparación, profilaxis criminal, comportamiento de la víctima como agente informal del control penal, etc.[12].
d) El control social. Finalmente, el análisis científico del control social del comportamiento desviado ha ampliado y enriquecido el objeto de la investigación criminológica en los últimos lustros. El mérito es debido, en buena medida, según GARCIA-PABLOS[13], al labelling approach o social reaction approach, impulso de una Criminología más dinámica e interaccionista, que desplaza el centro de interés de aquélla del delito y el delincuente al control social, a la propia reacción social: de las teorías de la "criminalidad" a las de la "criminalización", cuestionando el propio paradigma "etiológico".
El control social, esto es: el estudio de los "mecanismos" a través de los cuales la sociedad despliega su supremacía sobre los individuos que la componen, consiguiendo que éstos acaten sus normas, y de modo muy particular los de carácter "penal" (el control social penal destaca entre todos los controles sociales por sus fines y medios, representando la dirección normativa de estructura más formalizada y racional). Debe, pues, ensanchar el ámbito tradicional de su objeto, incorporando al mismo el análisis científico de los diversos sistemas normativos del control social (religión, moral, ética, usos y costumbres, terapias varias), de sus portadores e instancias (Iglesia, opinión pública, ciencias, familia y escuela, profesión, etc.), estrategias (prevención, socialización, represión), de sus sanciones (positivas y negativas) y destinatarios, según sus respectivos estratos sociales[14].
3. CRIMINOLOGIA Y CIENCIAS RELACIONADAS CON ELLA.
A.- Criminología y Derecho Penal.
Derecho Penal y Criminología son dos ciencias distintas: la ciencia penal es una ciencia "jurídica", "cultural", "normativa", del "deber ser"; la Criminología una ciencia "empírica", una ciencia del "ser". La ciencia penal, en sentido amplio, se ocupa de la delimitación, interpretación y análisis teórico-sistemático del delito (concepto formal), así como de los presupuestos de su persecución y sus consecuencias. El objeto de la ciencia penal viene dado por las normas legales (objeto normativo), y quienes cultivan la misma emplean un método "deductivo-sistemático" para analizar el hecho "criminal". La Criminología, por el contrario, se enfrenta al delito como fenómeno "social", y se sirve de métodos empíricos para examinarlo[15]. Como dice KAISER[16], compete a la Criminología el análisis, despojado hasta donde sea posible de valoraciones, de las circunstancias y formas reales de aparición relacionadas con lo que concierne a génesis, desarrollo y control del delito. Sin embargo, aunque difieren en el planteamiento de los problemas, el proceder metódico y los intereses cognoscitivos, el delito y el control del delito proporcionan puntos de referencia y de partida comunes.
A este respecto HERRERO[17], reseña que los sujetos de estudio de la Criminología son, muy a menudo, los sujetos activos del Derecho Penal. Y éste ha asumido instituciones que tienen o han tenido su origen en el campo de aportación criminológica: la individualización de la pena, la dirección de ésta, la acogida de no pocas medidas de seguridad, la libertad condicional, la condena condicional, la sustitución de penas…
Actualmente parece haberse asumido la idea de que no pueden disociarse la especulación teórica y el análisis empírico. Que la supresión y control eficaz de la criminalidad requieren de ambas. Criminología y Derecho Penal deben coordinar sus esfuerzos, sin pretensiones de exclusividad o intransigencias, pues una y otra disciplina gozan de autonomía por razón de sus respectivos "objetos" y "métodos", pero están llamadas a entenderse, son inseparables[18]. Un Derecho Penal distanciado de la investigación criminológica, sin respaldo empírico, corre el riesgo de convertirse en mero "decisionismo"; la actividad de los juristas, en simple "especulación" teórica; y la política criminal que lo inspire, poco sensible a la realidad social y a los conocimientos científicos, carecerá del rigor y seriedad que garantizan la propia efectividad de las leyes. Una praxis criminológica, desconectada del Derecho penal, renuncia al único instrumento que posibilita la aplicación práctica del saber empírico con absoluto respeto de las garantías de seguridad e igualdad que rigen en un Estado de Derecho.
La legislación y la praxis son cada vez más receptivas y sensibles al conocimiento criminológico. Y la Criminología se preocupa, cada vez más, por inspirar científicamente ambas. La Dogmática penal se vuelca, se abre hacia la "realidad social", y las ciencias empíricas ofrecen su colaboración al legislador. En este proceso de recíproca aproximación ha jugado un papel decisivo la Política Criminal[19].
B.- Criminología y Política criminal.
La política criminal se refiere, como parte de la política, a la protección de la sociedad con base jurídico criminal[20]. Como quiera que ningún sistema conocido de defensa de la sociedad, medido por la criminalidad y sus indeseables efectos, resulta satisfactorio, el centro de gravedad de la política criminal se halla siempre en la renovación del Derecho penal, la reforma de la Administración de Justicia penal y del sistema de penas. Por ello no raras veces se consideran sinónimos Política criminal y reforma del Derecho penal. Por lo tanto, la política criminal, apunta sobre todo al análisis científico de las correspondientes reflexiones y procesos de formación de la voluntad del legislador, en especial a la renovación del concepto de delito y del sistema de sanciones. Pero la política criminal no puede renunciar a la valoración de los datos empíricos, si es que trata de ser convincente.
La Política criminal, en cuanto disciplina que ofrece a los poderes públicos las opciones científicas concretas más adecuadas para el eficaz control del crimen, y las alternativas legales consiguientes, ha facilitado la recepción de las investigaciones criminológicas y su transformación en preceptos normativos. Ha sido el puente necesario entre el saber empírico (Criminología) y su concreción normativa (legislación penal). La Criminología está llamada a aportar el sustrato empírico del mismo, su fundamento "científico". La Política Criminal, a transformar la experiencia criminológica en "opciones" y "estrategias" concretas asumibles por el legislador y los poderes públicos. El Derecho Penal, a convertir en proposiciones jurídicas, generales y obligatorias, el saber criminológico esgrimido por la Política Criminal con estricto respeto de las garantías individuales y de los principios de seguridad e igualdad propios de un Estado de Derecho[21]. Por ello, se comparte hoy dia la opinión de que Criminología, Política Criminal y Derecho Penal son tres pilares del sistema de las "ciencias criminales", recíprocamente interdependientes.
C.- Criminología y otras disciplinas criminales.
No existe una opinión unánime en torno a las disciplinas que integran la Criminología y las relaciones entre ellas. Tradicionalmente existe una abierta pugna entre dos concepciones, la amplia que patrocina la escuela austríaca (concepción enciclopédica) y la estricta.
Para la concepción enciclopédica de la escuela austríaca, pertenecen a la Criminología todas las disciplinas que se ocupan del estudio de la realidad criminal en sus muy diversas fases o momentos, tanto en el estrictamente procesal, como en el político-preventivo o el represivo.
Para la concepción estricta, por el contrario, algunas disciplinas que la concepción enciclopédica incluye en las ciencias criminológicas quedan segregadas, excluidas.
De acuerdo con la concepción enciclopédica pertenecen a la Criminología[22] las disciplinas siguientes:
En cuanto a las relacionadas con la realidad:
a) La Fenomenología criminal, que se ocupa del análisis de las formas de aparición de la criminalidad.
b) La Etiología criminal, que investiga las causas o factores determinantes de la criminalidad.
c) La Prognosis, que formula los oportunos diagnósticos y pronósticos sobre el futuro comportamiento y peligrosidad del autor.
d) La Biología criminal, que trata de comprender el delito como producto de la personalidad de su autor.
e) La Psicología criminal, que indaga las motivaciones de la determinación criminal.
f) La Antropología criminal, que estudia al delincuente como especie viva, destacando la singularidad y evoluciòn de sus rasgos, así como su relación con el medio ambiente y la cultura.
g) La Sociología criminal, que analiza el delito como hecho social, como magnitud colectiva.
En cuanto a las relacionadas con el "proceso":
a) La Criminalística, que versa sobre el modus operandi más adecuado para el esclarecimiento de los hechos e identificación del autor, y se ocupa de las pruebas, analizando los métodos científicos existentes para demostrar fehacientemente una determinada hipótesis. Son subdisciplinas de la Criminalistica, entre otras, la Medicina forense, la Toxicología, la Dactiloscopia, la Pericia caligráfica, etc.
En cuanto a las relacionadas con la represión y prevención:
a) La Penología, que examina el cumplimiento y ejecución de las penas.
b) La Pedagogía correccional, que se preocupa de orientar la ejecución del castigo de modo que puede significar un impacto positivo, de reinserción social, en el penado.
c) La Profilaxis criminal, que tiene como meta prioritaria la lucha contra el delito, articulando las estrategias oportunas para incidir eficazmente en los factores individuales y sociales criminógenos, anticipándose al crimen.
D.- Criminología y otras disciplinas no criminales.
Entre las ciencias no específicamente criminales relacionadas con la Criminología, destacan: la Psiquiatría, la Psicología y la Sociología[23].
Psiquiatría y Criminología tienen intereses comunes e intereses diferenciales. La primera se ocupa de lo psíquicamente anormal, sus causas, manifestaciones y tratamiento. Delito y delincuente interesan, también, a la Psiquiatría, aunque de forma marginal, pues los criminales psíquicamente anormales representan sólo una pequeña fracción de los anormales mentales, y la Psiquiatría abarca, además, otros campos ajenos al problema específico de la criminalidad anormal. Sin embargo, es obvio, que el examen del campo psicopatológico que interesa a la Criminología sigue siendo privativo de la Psiquiatría (por ejemplo, diagnóstico empírico del delincuente en orden a su imputabilidad).
Psicología y Criminología operan, también, como círculos concéntricos y como planos secantes, con puntos de interés comunes y con intereses y valoraciones diferentes. La Psicología estudia la "vida psíquica llamada normal" o, si se prefiere, "la conducta y la experiencia no patológica de cada ser viviente, de los grupos y colectivos, sobre todo del hombre" y se ocupa del crimen sólo marginalmente. La Psicología forense aporta, desde luego, una importe red de conocimientos valiosos sobre el crimen, pero la Criminología analiza éste desde una óptica interdisciplinaria más amplia que trasciende el enfoque psicológico y no se circunscribe a la persona del autor.
La Sociología persigue, como es sabido, un tratamiento científico sistemático de las reglas que rigen la vida social y de los mecanismos de control y efectividad de dichas reglas. El "delito" (esto es, la conducta que se "desvía" de un determinado tipo de "normas": las jurídico penales) interesa, también, a la Sociología (criminal), aunque no agote el estudio de éste su objeto, ni tenga en el mismo un lugar prioritario.
Ciertamente, la Criminología no es sólo Sociología criminal, ni un apéndice de ésta: interesa el análisis del crimen desde otras perspectivas y enfoques, porque la realidad (total) del fenómeno delictivo es pluridimensional. Pero el análisis sociológico cobra progresiva importancia en la Criminología, pudiéndose constatar que ha desplazado desde hace algunos lustros las tradicionales orientaciones biológicas o biopsicológicas.
4. LA CRIMINOLOGIA COMO CIENCIA EMPÍRICA Y MULTIDISCIPLINAR: SUS MÉTODOS.
La Criminología ha de utilizar, de forma prevalente, el método inductivo, basado en la OBSERVACION, el EXPERIMENTO y la cuantificación estadística. Sin olvidar, tampoco que, por su relación con el Derecho penal y demás ciencias penales de carácter normativo, la Criminología, ha de tener en cuenta los conceptos fundamentales del Derecho penal. A menos, cuando aborde cuestiones sobre el delito, delincuente y pena[24].
Ahora vamos a ver de modo breve y elemental esos métodos, que no quiere decir que no existan otras medidas y otras técnicas, sino que se trata de ver simplemente las más frecuentes y específicas de la Criminología.
1) Estadísticas.
Su objetivo principal es el de ofrecer un panorama descriptivo por medio de la presentación, estadísticamente realizada, de un mínimo de datos referidos a tres grandes categorías de hechos: el delito, el delincuente y la actividad del control.
Esta información se refiere al volumen de delincuencia y a sus cambios, a su distribución local, a la edad, sexo, situación económica, condenas anteriores, estado civil, situación laboral y otros factores referentes al delincuente, así como detalles de la sentencia, tipo de criminalidad. Su objetivo es describir cuantitativamente hechos relacionados con la evolución y características actuales del delito en la población[25].
En España existen, fundamentalmente, como estadísticas oficiales: las confeccionadas por la Policía, las elaboradas por Instituciones Penitenciarias, las elaboradas por el Ministerio Fiscal y las Judiciales.
2) Encuestas y cuestionario.
La encuesta es una técnica destinada a investigar algún fenómeno de carácter social (aquí, la delincuencia), llevada a efecto mediante el correspondiente cuestionario, cuyo contenido incluye "revelaciones" cifradas, indicaciones descriptivas y observaciones de diversa índole, elaboradas por el investigador.
La investigación puede realizarse partiendo del "universo" del fenómeno investigado o, como ocurre casi siempre, a partir de una "muestra" representativa del mismo. Las muestras se seleccionan por riguroso azar cuando se trata de las llamadas encuestas probabilistas, que se apoyan, por presente el método estadístico, en la "ley de los grandes números" y en el "cálculo de probabilidades", en virtud de los cuales es posible calcular, a su vez, la representatividad de la "muestra" con respecto al correspondiente "universo"[26].
La forma más ordinaria de instrumentarse la encuesta es el CUESTIONARIO, generalmente el cuestionario escrito; aunque, en la actualidad, la presentación del cuestionario a los destinatarios puede hacerse, y ya se hace, a través de medios telecomunicativos (teléfono) y telemáticos (Internet).
3) Las entrevistas.
La entrevista es "el método de investigación científica, que utiliza un proceso de comunicación verbal, para recoger unas informaciones, en relación con una determinada finalidad"[27].
Las entrevistas pueden llevarse a cabo de distintas formas: libre o dirigida, intensiva o extensiva, panorámica o profunda, entrecruce de preguntas formuladas de forma directa o indirecta …
Además de estos medios y técnicas de investigación y conocimiento existen otros, tales como: la biología, la biotipología, la antropología, la psiquiatría forense, la metodología clínica, las técnicas biográficas de delincuentes, etc.
Todos estos medios y técnicas los utiliza la Criminología porque como ya se ha dicho es una ciencia multidisciplinar. En este sentido, GARCIA PABLOS dice que los propios ámbitos de la investigación criminológica llevan consigo una metodología impuesta por las características de los mismos.
Para el examen del crimen, de la conducta desviada, se impone un enfoque conductual, porque interesa explicar el "paso al acto", la dinámica delictiva, los factores múltiples, biológicos, sociológicos, psicológicos que inciden en la resolución criminal. Esta perspectiva, de particular relevancia en el marco del proceso, reclama lógicamente una metodología plural e interdisciplinaria. Sin embargo, para el estudio del criminal, del autor, el método más adecuado es el clínico, ya que el hecho cometido es sólo el indicador de una personalidad, no se pretenden aquí generalizaciones que excedan el ámbito del caso concreto. Por último, el análisis de la criminalidad, como hecho colectivo, como fenómeno y magnitud social, reclama un método básicamente estadístico. Dicho análisis, que interesa en primera línea a la Política Criminal, impone interpretaciones genéricas y enunciados probabilísticos no circunscritos al caso concreto[28].
5. PRESENTE Y FUTURO DE LA CRIMINOLOGIA.
La moderna Criminología acentúa la importancia de la prevención del delito. Parte de la "selectividad" de éste (el crimen escoge su víctima, el lugar, el tiempo y las circunstancias más propicias para aparecer en la forma concreta en que lo hace) y de la posibilidad comprobada de neutralizarlo anticipadamente. Pero no al estilo convencional (operando en el proceso de deliberación del infractor potencial, contramotivándole o disuadiéndole con la amenaza de la de la pena, ni perfeccionando las técnicas del control social), sino poniendo en práctica la información acumulada por la experiencia empírica y los conocimientos actuales. Por otra parte, el perfeccionamiento del control social formal no es ninguna panacea: leyes más severas, más policías, más jueces, más sentencias … significa más reclusos, pero no necesariamente menos delitos. Diseñar y poner en práctica programas de prevención (primaria, secundaria o terciaria) es uno de los objetivos de la actual Criminología[29].
Por lo tanto, el pensamiento criminológico debe dar preferencia temática por ciertas formas de delincuencia y criminalidad. Formas inevitablemente unidas a los modos de vida y signos de nuestro tiempo y, por ello, no analizadas por la Criminología tradicional. A este respecto, podemos analizar el problema de las dimensiones de la criminalidad; teniendo en cuenta el trabajo realizado por LOPEZ REY, en los países no socialistas con estadísticas más o menos fiables, el aumento de criminalidad es evidente. Tal es el caso de los países escandinavos, la República Federal Alemana, Francia, Reino Unido, Canadá, Italia y Estados Unidos. En España los datos estadísticos contenidos en la Memoria de Actividades de la Policía, 1983, Dirección General de la Policia, muestra un manifiesto aumento de la criminalidad.
Respecto a otros países, el análisis de las estadísticas periódicamente publicadas por la Organización Internacional de Policía (Interpol) muestra que aunque se dan fluctuaciones, el aumento de la criminalidad es evidente.
A la hora actual, la criminalidad está constituida en creciente proporción por la perpetrada oficial y semi-oficialmente, por afanes ideológicos, económicos y muchos otros en los que el abuso de las diversas modalidades del poder es evidente. Añadamos que en la sociedad postindustrial de nuestro tiempo, en la que la ciencia y la tecnología juegan papel manifiesto, la criminalidad culposa aumenta tanto o mas rápidamente que la intencional.
Otro aspecto importante, pero no siempre tenido en cuenta, particularmente respecto a determinadas modalidades de criminalidad oficial, semi-oficial, ideológica y económica es que los delincuentes se dan hoy mas frecuentemente que antes en las altas esferas política, ideológica, económica industrial, laboral y demás. Ciertamente, algunos jefes de Estado raramente cometen delitos por sí mismos pero los hacen cometer. También que la criminalidad organizada, es cada vez mas manifiesta en la sociedad postindustrial y mas tecnológicamente preparada que antes cual corresponde a la índole de dicha sociedad. Habría que agregar los delitos cada vez mas numerosos derivados de las múltiples modalidades del abuso criminal del poder, típico de la sociedad postindustrial de nuestro tiempo en la que la concentración económica es manifiesta en el poder creciente de algunas multinacionales[30].
Parece evidente que en el siglo XXI España y el mundo entero necesitan más de la Criminología como ciencia. Debemos preguntarnos qué hacemos para que desaparezca el terrorismo, el paro, la drogadicción, la distancia entre los países desarrollados y en desarrollo, para solucionar las diferencias sociales y para lograr mayor igualdad socioeconómica.
Hoy y mañana, la Criminología debe contribuir más a la finalidad nacional y universal: la cultura de la paz. Para lograrlo debe conseguir aportar su saber empírico a la política criminal para que lo transforme en legislación y así conseguir la disminución de la delincuencia y de la violencia en general. También la disminución de la criminalidad organizada y las estructuras sociales injustas.
Como dice BERISTAIN IPIÑA, "Quien trabaja en Política criminal es consciente de que se ha de conseguir la disminución de la criminalidad y violencia. Para ello, se debe atacar, mejor dicho superar, con nuevas cosmovisiones e ideologías y técnicas, la actualmente creciente desigualdad económica, social y cultural de los individuos y de los pueblos, que es una raíz, un factor etiológico, importante de tanta criminalidad.
No somos ni debemos ser ciudadanos clonados, iguales en todo. Resultaría absurdo y macabro, más que utópico. Admitimos el derecho de cada persona y cada pueblo a ser diferente. La igualdad jurídica ni presupone ni pretende una igualdad social antropológica total. Pretende, sí, superar las actuales desigualdades tan exageradas e inhumanas.
Con otras palabras, el valor superior de la igualdad, que aquí propugnamos, no se opone a la libertad y diversidad personal. Pero, sí se opone a la actual universal desigualdad económica, social y cultural, que impide la cultura de la paz y los demás valores humanos, como detallan muchas investigaciones".
1 comentario:
Me gusto mucho el articulo sobre el concepto de la Criminologia, por su integralidad, cubriendo las diferentes fasetas de la ciencia Criminologica. Solamente me resta decir que es muy poco conocida en el ambito social general y por ende poco demandada en centros y entidades donde podria ser de mucha utilidad. Felicitaciones. DIANA MARITZA.
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